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Cómo reducir el estrés durante una mudanza
En este post hablaremos de algo que, por lo menos una vez en la vida, prácticamente todos nosotros, hemos tenido que hacer: una mudanza. Un cambio de casa es un hecho extraordinario que, como no solemos hacerlo muy a menudo, podemos tener la sensación de que la situación nos desborda.
Pues son muchas las variables a tener en cuenta y si percibimos que nos faltan recursos o ayuda estaremos avocados a sufrir estrés durante el proceso.
Por eso quiero escribir hoy sobre algunos factores que podéis tener en cuenta a la hora de reducir el estrés durante una mudanza. Antes de empezar, tengo que decir que el motivo de la mudanza es el primer factor de riesgo de estrés.
No valoramos igual la situación “mudanza” si nos hemos visto forzados a realizarla (como sucede ante un desahucio) que si yo elijo libremente mudarme (porque me he comprado una casa más bonita y mejor situada, que la que dejo).
En una situación de mudanza forzosa, estaremos más predispuestos a vivirla con estrés, pues nuestra capacidad de afrontamiento estará posiblemente afectada por la negatividad con la que partimos.
Así que voy a enfocar el post desde una situación de mudanza elegida, la cual, como he comentado al principio, tampoco está exenta de estrés. Y para combatirlo, tendremos que seguir una serie de pasos, con los que aumentaremos la sensación de control y reduciremos así el estrés y la ansiedad.
Dividiremos el proceso en pasos porque cuando afrontamos una tarea ardua y complicada, la mejor estrategia a la hora de empezar es intentar simplificarla. Así aumentamos la eficacia en cada una de las pequeñas tareas en la que la hemos estructurado y sentiremos que vamos superando etapas. Etapas que al final, todas ellas sumadas, conforman la tarea global.
PASO 1: Organización del Tiempo
Vaciar una casa y a su vez llenar otra, no es cosa de un día… Siempre hay que tener previstos varios viajes de un sitio a otro, y más ayuda para cargar y transportar bultos, de lo que parece a priori. Así que lo más aconsejable es organizarse con antelación y contratar una empresa de mudanzas especializada.
Hazte un planning y marca en el calendario los días en los que vas a realizar las diferentes tareas que tienes que hacer durante la mudanza.
Si alguien te va a ayudar también necesitarás conocer su disponibilidad y coordinarte con esa persona o personas. Ten en cuenta eventos, compromisos, horario laboral, fines de semana libres… y señala en rojo el día que empezarás el traslado (que es el último paso).
PASO 2: Organización de Espacios
Haz un croquis de ambas casas (si tienes el plano de la base con las distancias medidas por metros cuadrados, mejor). Toma medidas de todos los muebles de tu casa (sofá y mesas incluidos), para diseñar la distribución de los espacios en tu nuevo hogar.
Puede ocurrir que alguno no quepa; es el momento de plantearte qué muebles conservarás y cuáles tendrás que adquirir. Anota en un listado aquellos muebles que tendrás que trasladar, lo que pesan (aproximadamente) y ocupan. Haz lo mismo con los electrodomésticos, las camas y lo que vaya a formar parte de la “estructura” de tu hogar.
PASO 3: La Selección
Una vez tenemos clara la distribución de objetos “pesados”, vamos a hacer el recuento de armarios (empotrados o no).
Pues por simple matemática, si en la casa nueva hay menos armarios, la ropa y enseres que tengo en los de ahora no van a caber. Aquí surge una disyuntiva: comprar/hacer más armarios para el nuevo hogar o deshacerme de objetos y ropa que ya no utilizo (y ni siquiera recordaba tener).
Una mudanza es la mejor opción para “soltar lastre”. Imaginad la multitud de objetos que acumulamos a lo largo de los años… a muchos les otorgamos un valor sentimental, ya sea por el momento en el que los hemos adquirido o bien por quién nos lo ha regalado; pero en una mudanza prima ser práctico y a veces descubrimos que ese jarrón que la cuñada de mi prima me regaló el día de mi boda es, en realidad, totalmente PRESCINDIBLE en mi vida.
PASO 4: Empaquetar, Embolsar y Embalar
Cuando tenemos claro lo que queremos conservar y lo que no, es hora de elaborar una lista (por cada habitación que vayamos a vaciar) apuntando todo aquello con lo que nos quedamos; y buscar/comprar/pedir prestado:
- cajas (imprescindible)
- bolsas
- maletas
- precintos
- y plástico de burbujas (desconozco el nombre técnico pero supongo que sabéis a lo que me refiero)
Empezaremos a empaquetar lo que NO necesitamos a diario y los alimentos en conserva (más adelante hablaremos del resto de la comida), pues esta tarea nos supondrá varias jornadas y no podemos quedarnos sin nuestro cepillo de dientes el primer día ¿no? ¡Muy importante! Os recomiendo que en cada caja/bolsa/maleta que cerréis, previamente pongáis una pegatina enumerando los objetos que van dentro y a qué habitación van destinados en la nueva casa; ya que cuando los traslademos, los encontraremos fácilmente y ahorraremos mucho tiempo.
¿Qué es lo último que empaquetaremos? Por mi experiencia os diré lo que para mí fue fundamental conservar hasta el último momento, y no es otra cosa que mi preciado ordenador y el sofá (a parte de los 4 enseres de higiene diaria, como ya he comentado antes). No necesitas nada más si aún tienes que pasar algún día en tu antigua casa. Un inciso… el tema de los alimentos: el mes anterior al traslado a tu nuevo hogar intenta terminar con la comida “perecedera”.
PASO 5: El Traslado
Bueno, llegados a este punto, tenemos controlado “el grueso” de nuestra mudanza.
¿Qué falta por prever?
Pues principalmente el CÓMO vamos a efectuar el traslado: ¿con alguien o solo?, ¿con qué vehículos cuento?, ¿cómo meteré todos los muebles en la nueva casa?…
Tengo que admitir que es lo más complicado si no dispones de ayuda ni de medios materiales; y por eso, lo ideal es contratar los servicios de alguna empresa de mudanzas, las cuales se encargan de llegar dónde tú no puedes. Puede ser una buena idea contratar buenos profesionales como el caso de Dileo Portes, no sólo llevarán tus cosas de un sitio a otro, sino que te asesoraran sobre cómo realizar una mudanza y no morir en el intento.
Entonces… en resumen, si quieres reducir el estrés durante una mudanza «sólo» tienes que: planificarte con tiempo, tener en cuenta las medidas de muebles y electrodomésticos, elegir lo que te llevas y lo que dejas atrás… empaquetar y calcular los viajes que vas a necesitar para vaciar una casa y llenar la otra, pedir ayuda a familiares o amigos y contar con la posibilidad de contratar los servicios de los expertos en mudanzas; con todo ello el estrés se minimizará SEGURO. Pues sentimos estrés ante la sensación de falta de control o de recursos, con lo que la previsión es tu mejor estrategia de afrontamiento.
Fuente: https://www.webpsicologos.com/
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